jueves, 16 de febrero de 2017

LA ALIENACIÓN (Descripción sobre el estado de conciencia de varios ciudadanos paraguayos)

-Por Alvino Villalba 


Soportando la carga al perseguir algo que jamás alcanzarán aunque parezca no estar lejos del mismo 

Cuando un ser humano no se reconoce como ciudadano valioso, capaz de transformar todo lo que está mal, cuando no se reconoce como protagonista activo de su historia personal, social y/o universal, sino cree que todo lo que le ocurre a él y al mundo se debe a algo fortuito, frente al cual no se puede hacer nada sino solo resignarse genuflexamente, entonces ese sujeto se convierte en algo distinto a lo que él realmente es, por lo que se comporta de un modo contrario a su propia naturaleza. A ese tipo de ciudadano se le llama “alienado”. Alienación es “el extrañamiento o distanciamiento del sujeto en relación consigo mismo”, según el filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

Los alienados, con su autopercepción de poco útil o con su resignación y conformismo, facilitan y posibilitan el mantenimiento o empeoramiento de una injusta realidad, en vez de que sea transformada para bien. Cuando se le construye una conciencia para ver la realidad con resignación o para aceptar la injusta realidad como algo normal o natural, entonces ese ciudadano se convierte en alienado.

En la sociedad paraguaya, es habitual encontrarse con un alienado que comparte las mismas comunidades familiares, amicales, laborales o sociales. En las mismas, es frecuente escuchar del mismo algunas afirmaciones bastante pesimistas acerca de la realidad, como “nosotros no podemos hacer nada ante tantas desigualdades”, “quienes se involucran en las luchas gremiales, sociales o políticas solo buscan beneficios individuales egoístas”, “ya todo está perdido”, “quienes luchan para transformar la sociedad son bandidos y haraganes”, “no te estreses de balde”, “es mejor olvidarse de los problemas y no enfrenarlos”, “el pueblo no está tan insatisfecho con este gobierno”,  etcétera.

Un hombre asumiendo rol de burro de carga y persiguiendo una recompensa inalcanzable

El/la alienado/a suele afirmar que su pesimismo es un realismo, y eso es precisamente porque su conciencia acerca de la realidad está distorsionada (por los errados conceptos) o limitada (por las escasas informaciones con que cuenta). Aunque, no podemos perder de vista, a veces tal “pesimismo” también es un mecanismo empleado por el alienado a fin de evitar comprometerse consigo mismo, con los demás y con la realidad para la transformación social que es siempre necesaria cuando un sistema social y económico es capitalista, ya que trae como algo inherente las desigualdades y exclusiones a raíz de la injusta administración de los bienes, riquezas y recursos de un país haciendo que –por un lado– una minoría de ciudadanos concentre la mayoría de las riquezas, bienes y recursos, y –por el otro lado– la mayoría de los ciudadanos concentren la minoría de las riquezas, bienes y recursos.

Al Vino

 


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