Estos son los datos expuestos por Bruno Rodríguez* en su discurso en la 72ª sesión de la Asamblea General de la ONU, realizada en fecha 21/09/2017):
8
hombres poseen en conjunto la misma cantidad de riqueza que 3.600.000.000 (tres
mil seiscientos millones) de seres humanos, que integran la mitad más pobre de
la humanidad.
69
de las 100 mayores entidades del mundo son empresas transnacionales; no,
Estados.
Las 10
mayores corporaciones del mundo tienen una facturación superior a los ingresos
públicos de 180 países sumados.
700.000.000
(setecientos millones) de personas son extremadamente pobres.
21.000.000
(veintiún millones) son víctimas de trabajos esclavos o forzosos.
5.000.000
(cinco millones) de niños/as murieron en el año 2015 antes de cumplir 5 años,
por enfermedades prevenibles y curables.
758.000.000
(setecientos cincuenta y ocho millones) de adultos son analfabetos (no tuvieron
ni tienen acceso al derecho a la educación).
815.000.000
(ochocientos quince millones) de seres humanos padecen hambre crónica. Ampliando
este dato, podemos mencionar también que 25.000 personas cada día mueren por
causas relacionadas con la falta de alimentos, más incluso que el SIDA, la
tuberculosis y la malaria juntas, según el Programa Mundial de Alimentos, de
las Naciones Unidas.
2.000.000.000
(dos mil millones) de seres humanos están subalimentados.
653.000.000
(seiscientos cincuenta y tres millones) de seres humanos seguirán padeciendo
hambre en el año 2030, de recuperarse el precario ritmo de disminución de los
últimos años, ahora interrumpido. Con este ritmo, no se erradicaría el hambre
en el año 2050.-
22.500.000
(dos millones quinientos mil) de seres humanos son refugiados. Un refugiado ‑según
Convención de 28 de julio de 1951 relativa al estatuto de los refugiados de las
Naciones Unidas-es una persona que se encuentra fuera del país de donde es
originario, o bien donde reside habitualmente, debido a razones de etnia,
religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, y
que no puede o no quiere reclamar la protección de su país para poder volver.
1.700.000.000.000
(un billón setecientos mil millones) de dólares destinan anualmente los países
capitalistas en gasto militares. Esa realidad contradice a quienes alegan que
no hay recursos para acabar con la pobreza en el mundo.
Los
patrones de producción y de consumo, propios del capitalismo, son insostenibles
e irracionales y conducen inexorablemente a la destrucción del medio ambiente y
al fin de la especie humana.
Es
imprescindible e impostergable que las Naciones Unidas trabajen por establecer
un nuevo orden económico internacional, participativo, democrático, equitativo
e incluyente, y una nueva arquitectura financiera que tome en cuenta los
derechos, necesidades y particulares de los países en desarrollo y las
asimetrías existentes en las finanzas y el comercio mundial, resultado de
siglos de explotación y saqueo.
* Bruno Rodríguez Parrilla es un político y diplomático cubano. Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
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