En el sistema capitalista es imposible que
toda la población tenga acceso a los derechos básicos como la salud, vivienda,
educación, trabajo, seguridad, recreación, etcétera; pues, el capitalismo existe "gracias" a la usurpación de los derechos básicos de la mayoría. Es más, la historia
ha demostrado permanentemente que el capitalismo es absolutamente incapaz de
garantizar siquiera los servicios básicos adecuados para la sociedad; pues, sólo por citar algunos, el
transporte público, la corriente eléctrica, el agua potable, entre otros, han
sido y siguen siendo completamente deficientes en Paraguay, país con altísimos recursos, pero con una población que sigue careciendo de estos servicios en un amplio porcentaje.
Si hablamos solamente del agua potable, la cobertura en el suministro de la misma alcanza alrededor del
60% de la población, según el propio Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones (MOPC). De esta manera, en América Latina, el Estado paraguayo
se ubica como es el que menor compromiso asume con su pueblo al privarle de
este derecho a casi 50% de su población; pero a quienes provee, lo hace de
manera muy precaria.
Además del paupérrimo acceso al agua potable,
brindado por la ESSAP (Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay S.A.), la
ciudadanía que consume el vital líquido proveído por este ente corre el
permanente riesgo de ser inficionada por cuestionables agroquímicos utilizados
por la empresa multinacional privada GARGILL, que es uno de los mayores
contaminadores de los cursos hídricos y de todo el medio ambiente tanto del
país como de la región, cuya planta se encuentra a escasa distancia de la
planta de ESSAP. Incluso la Organización Mundial de Conservación del Planeta
(WWF) ha sostenido en reiteradas ocasiones que la fertilización de los suelos y
la fumigación de cultivos con productos químicos tóxicos, una de las
actividades de la multinacional GARGILL, está contaminando los cauces hídricos,
las aguas subterráneas y pone en riesgo la calidad del Acuífero Guaraní, uno de
los más importantes reservorios de agua dulce a nivel mundial.
Varias organizaciones sociales advierten que
la pauperización de todos los servicios básicos responde a un proyecto de
privatización que viene del mismo Gobierno nacional, empresario acaudalado que
logró crear, gracias a parlamentarios aliados del mismo, la impopular Ley de
APP (Alianza Público-Privada), que no es más que una venia para saquear los
recursos de la nación, con la cual se benefician grandes empresas en las
que el mismo Horacio Cartes es el mayor accionista.
Frente a esta amenaza de mega saqueo y despojo al pueblo
paraguayo, no queda otra cosa más que la resistencia popular de la mayoría del
pueblo, con todos los medios a su alcance; pues, así como nuestro presente es el juez de las acciones del pasado, la condición del futuro será la
única que nos juzgará si en este presente hemos asumido un compromiso
transformador con nuestro pueblo o nos hemos sumido en una indiferencia cómplice que es una actitud absolutamente favorable a la
oligarquía que son los enemigos del pueblo.
Al Vino
Interesante y necesario eldebate en torno a la rivatizacion y contaminacion. Excelente
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