martes, 19 de abril de 2016

LA PANFILIA, UN MAL PADECIDO POR MUCHOS/AS

Para una mejor comprensión del término PANFILIA, es útil recurrir a la etimología de las dos palabras que componen esta expresión. El origen de la palabra es griego. "Pan" (πάν) significa 'todo' o 'todos', y "filia" (φιλία) se traduce como 'amistad'. De este modo, "pánfilo/a" se refiere a la persona que busca ser amiga de todos, o al menos, tiene la intención de serlo. La panfilia, en esencia, es una inclinación hacia el deseo inalcanzable de ser amigo/a de todos, una aspiración que, en su naturaleza, ya está destinada al fracaso debido a la imposibilidad de satisfacer a todos los individuos en cualquier circunstancia. Esta búsqueda constante de aceptación universal puede convertirse en una trampa emocional y psicológica, ya que conlleva una pérdida de identidad y autenticidad personal en el intento de complacer a todos.

Ciertamente, una persona que tiene convicciones firmes y posturas claras es alguien digno de confianza, precisamente debido a la inquebrantabilidad de su lealtad y la coherencia en su forma de ser. Estas cualidades no solo fortalecen el carácter de una persona, sino que también delimitan sus relaciones, haciendo que su amistad sea selectiva. En este sentido, alguien con principios sólidos no se verá forzado a agradar a todos ni a adaptarse a todas las situaciones, porque sus valores y creencias actúan como un filtro natural en la construcción de sus vínculos. Es normal, e incluso saludable, que una persona con fuertes principios y convicciones no trate de complacer a todo el mundo, pues entiende que no todos los individuos le resultarán agradables, y viceversa.

Por otro lado, quien padece de panfilia carece de una personalidad propia definida y, en su intento desesperado por estar bien con todos, renuncia a tener una postura clara, a sostener principios y convicciones. Este comportamiento refleja una profunda inseguridad y una necesidad constante de validación externa, que lleva a la persona a moldearse según las expectativas y exigencias de los demás, sacrificando su propia identidad en el proceso. Así, se acomoda según las circunstancias, sin considerar las implicaciones éticas o morales de sus acciones. Su principal propósito se centra en ser querido/a por todos y evitar a toda costa cualquier tipo de conflicto o desaprobación, lo que le lleva a adoptar posturas contradictorias y, en última instancia, a traicionar su propia esencia.

Un ejemplo claro de esta falta de consistencia es cuando una persona pánfila apoya una postura frente a Juan, pero luego respalda la postura opuesta cuando está con José, sin mayor remordimiento. Esta capacidad para contradecirse y actuar de forma ambigua no solo demuestra una falta de integridad, sino que también puede causar confusión y desconfianza entre quienes interactúan con él/ella. Quienes padecen de panfilia pueden, con la misma facilidad, consolar a una víctima y alentar al victimario, lo que evidencia su incapacidad para tomar una posición ética firme. Del mismo modo, pueden comprometerse con una persona y, sin dudarlo, hacer lo mismo con otra, dejando un rastro de promesas incumplidas y relaciones deterioradas. Al final, quien pretende ser amigo/a de todos, no es amigo/a de nadie.

Cuando la actitud pánfila se lleva al ámbito gremial o político, las consecuencias son aún más graves. En estos contextos, la falta de una postura firme puede llevar a la persona a asumir múltiples responsabilidades, prometiendo cumplir con las expectativas de todos, pero sin la capacidad real de hacerlo. Esto no solo genera desconfianza y frustración entre sus colegas o seguidores, sino que también compromete la eficacia de su liderazgo. El viejo adagio "quien mucho abarca, poco aprieta" se aplica perfectamente aquí, pues el pánfilo se esfuerza por complacer a todos, sin poder cumplir adecuadamente con ninguno. Sin embargo, es importante destacar que esta aparente "responsabilidad" no nace de un verdadero deseo de asumir compromisos, sino de la necesidad de estar bien con todos, lo que lleva a la persona a prometer más de lo que puede cumplir.

Este comportamiento, adoptado por muchas personas, se convierte en una especie de padecimiento, ya que anula la capacidad de decisión autónoma del individuo. Las decisiones que toma, si es que se pueden llamar decisiones, no son resultado de un proceso reflexivo o de convicción personal, sino de una compulsión por agradar a los demás. En este sentido, la persona pánfila se convierte en un mero reflejo de las expectativas ajenas, sin un criterio propio que guíe sus acciones.

En cierto aspecto, todo esto recuerda bastante al filósofo José Ingenieros, quien en su obra El hombre mediocre expresó: "Muchos nacen; pocos viven. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, como cera fundida en el cuño social". Esta cita resuena profundamente en el contexto de la panfilia, ya que refleja la idea de que quienes carecen de una personalidad definida no son más que productos del entorno, incapaces de vivir de manera auténtica y plena.

En conclusión, el/la pánfilo/a no es amigo/a de todos, sino de nadie. Su incapacidad para tomar decisiones firmes y sostener relaciones auténticas lo/a condena a una existencia superficial y solitaria, donde la búsqueda de aceptación termina por alienarlo/a de sí mismo/a y de los demás


Al Vino

lunes, 15 de febrero de 2016

HERMENÉUTICA DESATINADA



La distorsión o tergiversación de la realidad más la invención de una aparente realidad a través de una hermenéutica desatinada conllevan a mujeres y varones a alejarse de la verdad para vivir en un “mundo”  donde la fantasía y la mentira caminan de las manos.
El excesivo deseo de tener la razón o el frenético impulso a imponer criterios personales sobre los demás, son indicios de una actitud autoritaria y dogmática, propia de las personas intolerantes que son incapaces de entablar un diálogo con una respetuosa apertura. Esas personas son las que cometen una desatinada hermenéutica de manera intencional con el fin de obtener algún tipo de beneficio o para experimentar placer al atribuir falsamente a alguien palabras, actos o intenciones, ya sea con el fin de causarle daño, de perjudicarle o de sobreponerse inventando defectos de los demás.
En la vida cotidiana frecuentemente nos encontramos con personas con las características descriptas en los dos párrafos anteriores. Son los sujetos a quienes no les interesa la búsqueda de la verdad sino pretenden solamente convencer a los demás acerca de algo o de alguien.
El método de distorsión de la realidad que se emplea para una desatinada hermenéutica presenta un pauperizado esfuerzo gnoseológico que tiene cinco pasos.  Sin embargo, las personas que viven sin cuestionarse nada se dejan convencer fácilmente con cualquier discurso presentado con cierto maquillaje lingüístico.


Los cinco pasos son los siguientes:
1º Paso: Se toma en cuenta una POSIBILIDAD de las varias posibilidades.
2º Paso: Esa única POSIBILIDAD es sostenida como CERTEZA.
3º Paso: Esa supuesta CERTEZA es sostenida como una VERDAD.
4º Paso: Esa supuesta VERDAD es sostenida como un DOGMA.
5º Paso: Ese supuesto DOGMA es pregonada a los cuatro vientos.

EJEMPLO:

1º Paso: Es una POSIBILIDAD que Enrique padezca  VIH.
2º Paso: Tengo la CERTEZA de que Enrique padece VIH.
3º Paso: No hay duda de que de Enrique padezca VIH
4º Paso: Enrique padece VIH; cualquiera que afirme lo contrario está en el error.
5º Paso: Enrique, tú padeces VIH. Sepan todos que Enrique padece el VIH.


Al Vino

PUEBLO HERIDO SE CONVIERTE EN PUEBLO AGRESIVO


Adolescentes golpean a policía por reprimir manifestación estudiantil.

Un pueblo herido, lastimado, hambriento, burlado y esquivado se convierte de a poco en un pueblo violento y agresivo; no porque quiera ser así, sino porque se ve obligado a actuar así para defenderse y sobrevivir. Un pueblo olvidado por las personas encargadas de administrar sus bienes (Presidente, Senadores y Diputados, Jueces y Fiscales), que en vez de administrar eficaz y eficientemente nuestros bienes y recursos, velando por nuestra seguridad, salud, bienestar, educación y desarrollo, empiezan a descuidarnos, a robarnos o a proteger a quienes nos roban (recibiendo ciertas comisiones), a dejarnos sin trabajos o con empleos pero con salarios ínfimos, a entorpecernos con una paupérrima educación, a idiotizarnos con los programas chatarras de los Medios Masivos de Comunicación, con periodistas convertidos en voceros de los empresarios corruptos; estos medios, en vez de informarnos y de formarnos, nos evaden de la realidad social-político-económica. Un pueblo que vive bajo estas circunstancias, producirá hijos desprotegidos y hambrientos que para sobrevivir tendrá que robarle (incluso matarle) a su vecino o a cualquier otro indefenso. 


Como respuesta, también el que es víctima inmediato de los micro ladrones reaccionará con violencia para protegerse a sí mismo, a los suyos y lo suyo. Al final, el resultado será el caos y se cumplirá lo que el filósofo inglés del siglo XVII Thomas Hobbe en su obra “Leviatán” decía al hablar de los humanos: “Homo homini lupus”; es decir, el hombre es lobo para el hombre. Hacia eso estamos apuntando si no mejoramos como personas y como sociedad. Cada uno luchará por sobrevivir como los animales de las selvas; sobrevivirá el más fuerte, utilizando términos del Charles Darwin. 
Por supervivencia, el lobo aumenta su agresividad cuando se encuentra herido.

En Paraguay lamentablemente estamos viviendo una situación de mucha violencia, empezando por las “autoridades” que roban al pueblo o protegen a los macro empresarios, sojeros, latifundistas que se enriquecen de los recursos de nuestro país despojándonos de la posibilidad de al menos llevar una vida digna; puesto que, después del trabajo arduo que uno realiza para enriquecer más al adinerado, éste apenas le concede un sueldo que solo le permite subsistir apretadamente. Las mismas autoridades incumplen con el Artículo 6º de nuestra Constitución Nacional que habla de la calidad de vida en los siguientes términos: “La calidad de vida será promovida por el Estado mediante planes y políticas que reconozcan factores condicionantes, tales como la extrema pobreza y los impedimentos de la discapacidad o de la edad. El Estado también fomentará la investigación sobre los factores de población y sus vínculos con el desarrollo económico social, con la preservación del ambiente y con la calidad de vida de los habitantes”. Estas palabras son casi románticas pero al fin y al cabo son solo palabras vacías de compromiso operante. El pueblo sigue desprotegido, con hambre, sin suficientes recursos para desarrollarse como persona y para sostener el desarrollo de su gente, de su nación.

Otra cuestión, no menos importante es la criminalización de las luchas sociales. Pareciera ser que vivimos en un país del revés donde los grandes delincuentes ocupan los sillones privilegiados y los luchadores sociales son perseguidos por los periodistas que son los voceros de los empresarios y por los jueces y fiscales quienes "limpian" a los macro delincuentes por una suma de dinero. Lo peor de todo es que ante las protestas y reclamos de la sociedad por mayor justicia y equidad, los grandes corruptos y delincuentes son defendidos por algunos hijos de los pobres que utilizan metralletas y garrotes (comprados con dineros del pueblo); tales armamentos utilizan quienes traicionan a su patria conformando una fuerza desalmada armada que arremete contra su gente desarmada cada vez que ésta reclama sus derechos. Para colmo, el brazo armado (policías y militares) de estos magnos ladrones es considerado legal y los salarios de los traidores de la patria, que se constituyen en el brazo armado de la oligarquía, salen del bolsillo de todos nosotros.

Es tanto el deterioro moral de los encargados de velar por nuestra seguridad que la gente desconfía enormemente de los mismos y ante hechos que descomponen el sano convivir, las víctimas, en vez de acudir a ellos, se empieza a preparar con armamentos que serán más eficaces para resguardar su integridad y sus bienes. Ya no hay seguridad; cuando uno sale a trabajar, a estudiar o a recrearse, no tiene la certeza de que volverá sano o con vida a su casa porque existe la enorme posibilidad de que sea asaltado, herido o muerto por los micro delincuentes.

No sería sorprendente ni repudiable que dentro de poco aparezcan vecinos armados haciendo vigilancia en las cuadras de sus domicilios o que hicieran recorridos a fin de evitar hechos delictivos o para perseguir a los micro delincuentes; es más, las “comisiones garrotes” dieron resultados positivos en cuanto a la prevención de delitos y/o en la captura de malvivientes. Pero, ¿quién nos garantiza que estos grupos a la postre no padecerán del deterioro moral y se convertirán también en delincuentes? ¿Existe la posibilidad de que estos grupos serán la solución definitiva ante la inseguridad? ¿Nuestra sociedad se está orientando a formar a algunos para constituirlos en una especie de frente para la defensa ciudadana?


Al Vino

martes, 9 de febrero de 2016

LA IDEOLOGÍA ES LA IDENTIDAD POLÍTICA DEL SER HUMANO

-Por Alvino Villalba


La ideología es el “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”; así la define el diccionario de la Real Academia Española. Es decir; la ideología, intrínsecamente forma parte de la propia identidad; es la identidad misma.

La ideología es la identidad política de los seres humanos, que indefectiblemente son seres sociales. La sociedad es el ámbito donde el hombre y la mujer desarrollan su ser, su amor, su bondad, sus sueños, sus compromisos, sus luces y sus sombras. Solamente en relación con los demás uno es bueno o malo. No existe compromiso ni moral ni político si uno vive aislado sin relacionarse con otros seres humanos.

En la sociedad, cada sujeto goza del derecho-deber de tener una identidad. El hombre, como ser social (político) ha de tener una identidad política para autenticar su condición de ser social.

Las ideologías o las identidades son las que nos aglutinan a los ciudadanos en grupos, movimientos y colectividades donde las intenciones, actividades y proyectos de los miembros son afines unos con los otros.

En tal sentido es fácil ver a ciudadanos que trabajan por la justicia en la administración de los bienes, recursos y riquezas de la sociedad aglutinándose en movimientos o partidos políticos socialistas o comunistas.

Así también, los que creen que unos pocos deben tener mucho y muchos deben tener poco, o que están convencidos de que el hombre debe ser explotado por otro hombre, los que creen que unos pocos deben acumular la mayoría de las riquezas de todos y que la mayoría debe conformarse con muy poco, los que sostienen que el capital (dinero) es un valor que está por encima del derecho de los demás, esos ciudadanos también se aglutinan en movimientos o partidos políticos llamados "capitalistas".

La crisis de identidad política ocurre cuando uno no sabe quién es y qué debe hacer; es cuando uno está desorientado socialmente.  Eso es un fenómeno dañino para el propio ciudadano y para la sociedad misma. Por ejemplo, un adormecido (que ni siquiera tiene alguna mínima noción de su realidad ni de la realidad en general) puede sufrir cualquier tipo de engaño, manipulación, ultraje y despojo sin que siquiera tenga conciencia de ello, lo que facilita que dicha práctica siga conservándose y recrudeciéndose.

Cuando los ciudadanos padecen esta crisis de identidad política, ocurre una confusión que les conlleva a incluso despreciar a los que luchan por él y a enamorarse de los que les causan daño.

El hecho de que gente empobrecida por el capitalismo responda a sectores o partidos de ideología capitalista es un contrasentido y una muestra del alto estado de desorientación que padece nuestro pueblo. Eso representa una pérdida de identidad social, es desubicarse política y socialmente. Es como si una bella dama haya sido ultrajada sexualmente y luego termine defendiendo a su violador o enamorándose de él.

Es un contrasentido que una víctima del sistema capitalista opresor y excluyente, que le priva del derecho a la tierra, a la vivienda digna, a la salud, a la alimentación, a un trabajo digno con salario digno y con jubilación digna, etcétera, pertenezca a partidos políticos de orientación capitalista.

Esa clase de ciudadanos fácil y frecuentemente sigue dejándose confundir por el "rostro" o por el "discurso" que pronuncia un candidato a puestos políticos y no se deja interpelar por el proyecto político o el modelo económico que pregona el partido político al que pertenece ese candidato. Sin esa interpelación es absolutamente imposible mejorar las condiciones de vida de las personas.

Precisamente por eso es vital que los sectores políticos que buscan la justicia en la administración de los bienes, riquezas y recursos de la sociedad, es decir los sectores socialistas, se empeñen a acompañar y a ayudar a los conciudadanos a superar ese estado de confusión o de crisis de identidad política de manera que al menos puedan comprender los proyectos de los que uno les habla y si es posible que se sumen a la causa de construir una sociedad equitativa y sin exclusiones.

Mientras se descuide esa tarea, mientras nadie asuma un compromiso serio de orientación y de acompañamiento a los ciudadanos a que asuman una identidad política correcta, la realidad no se transformará para bien y espiralmente se volverá encontrando a sujetos de perjudicada condición humana resistiéndose  a cooperar en las transformaciones necesarias y urgentes. Esas personas normalmente no se resisten por maldad sino por confusión, por falta de claridad, por falta de identidad política.

Al mismo tiempo de llevar a cabo esta tarea, hay que ir fortaleciendo los grupos que tienen ya una identidad definida. Tal fortalecimiento se logra con la unidad entre los sectores que tienen afinidad en sus visiones, proyectos, propuestas y compromisos. Las diferencias (muchas veces superables) que impiden la unidad entre los grupos y sectores socialistas, siempre son aprovechadas por el sistema capitalista porque cuanto más divididos estén las víctimas de esta estructura, más beneficios obtendrán los oligarcas que son los dueños del sistema actual vigente.

El capitalismo es ágil para aprovechar cualquier instante de debilidad (división) de los socialistas para fortalecerse y asentarse en el poder. Ya la historia nos ha demostrado la crueldad de ese sistema y que no dudará en sobreponerse a costa de la sangre y/o libertad de cualquier ciudadano, siendo los dirigentes sociales, campesinos y estudiantiles los más vulnerables a ser víctimas inmediatas de esta situación.

La tarea es grande e impostergable; los comprometidos son pocos. 


Al Vino

lunes, 8 de febrero de 2016

NO TODO EL PUEBLO PARAGUAYO ES "RAZA GUARANÍ": UNA APROXIMACIÓN CIENTÍFICA Y DEMOGRÁFICA

Parte del mapa colonial de Hiaillot del Siglo XVII. Biblioteca Nacional de Santiago de Chile.


El término "raza guaraní" aplicado al pueblo paraguayo es impreciso y simplificador. Aunque el idioma guaraní es un componente esencial de la identidad cultural de Paraguay, no todos los paraguayos pueden ser considerados parte de una "raza guaraní" ni identificados exclusivamente con esta etnia. Es fundamental analizar esta cuestión desde una perspectiva histórica, demográfica y lingüística para comprender mejor la diversidad étnica y cultural del país.

Contexto Histórico y Lingüístico

En la época de la conquista, los indígenas guaraníes no tenían fronteras nacionales definidas como las conocemos hoy. Se desplazaban a través de lo que ahora son Paraguay, Argentina, Bolivia y Brasil, buscando recursos para subsistir. Este patrón migratorio permitió que el idioma guaraní se difundiera más allá de las fronteras actuales de Paraguay, dejando una huella lingüística en varias regiones de estos países. No obstante, es crucial entender que este idioma no es exclusivo del territorio paraguayo ni de todos sus habitantes.

En 2012, un censo indígena reveló que Paraguay alberga 496 comunidades indígenas, distribuidas en 19 pueblos indígenas. Estos pueblos pertenecen a cinco familias lingüísticas: Guaraní, Maskoy, Mataco-Mataguayo, Zamuco y Guaicurú. La población indígena total en Paraguay era de 112.848 personas, lo que representa apenas el 1,6% de la población nacional, que ronda los 7 millones. Este dato es revelador, ya que muestra que la población indígena es una minoría, y no todos los indígenas pertenecen a la familia lingüística guaraní.

Diversidad Étnica y Cultural

La realidad demográfica de Paraguay desmiente la idea de que todo el pueblo paraguayo es de "raza guaraní". En efecto, muchos paraguayos no tienen ascendencia indígena directa, y entre los que sí la tienen, no todos pertenecen a la etnia guaraní. Las otras familias lingüísticas presentes en Paraguay, como Maskoy, Mataco-Mataguayo, Zamuco y Guaicurú, representan una diversidad étnica significativa que no debe ser ignorada. A pesar de esta diversidad, Paraguay ha sido identificado predominantemente con la etnia guaraní, lo cual puede ser visto como una simplificación que excluye a otros grupos indígenas.

El Idioma Guaraní en la Sociedad Paraguaya

A pesar de que el guaraní es uno de los idiomas oficiales de Paraguay desde la Constitución Nacional de 1992, su uso no es uniforme en toda la sociedad. Si bien cerca del 90% de la población paraguaya tiene alguna competencia en guaraní, no todos lo hablan de manera fluida o en todas las situaciones. El castellano sigue siendo el idioma de prestigio en contextos formales y oficiales, lo que refleja una situación de diglosia en el país. Este fenómeno lingüístico se caracteriza por la coexistencia de dos idiomas, donde uno (el castellano) es percibido como superior al otro (el guaraní) en términos de estatus social y formalidad.

El reconocimiento del guaraní como idioma oficial del Mercosur en 2009 es un avance importante para la lengua, aunque hasta la fecha no existen documentos oficiales de este organismo redactados en guaraní. Esto subraya las limitaciones que enfrenta el idioma en espacios formales y diplomáticos.

Conclusión: Más Allá de la Simplificación

El término "raza guaraní" aplicado a todo el pueblo paraguayo es una simplificación que no refleja la complejidad étnica, cultural y lingüística del país. La diversidad de pueblos indígenas, junto con la coexistencia de múltiples idiomas, sugiere que Paraguay no puede ser reducido a una sola identidad étnica o cultural. Aunque el guaraní es un componente esencial de la identidad paraguaya, es necesario reconocer la pluralidad del país y la riqueza de sus distintas tradiciones y grupos étnicos.

En resumen, no todo el pueblo paraguayo es de "raza guaraní", y el idioma guaraní, aunque ampliamente hablado, no es representativo de toda la población. Esta diversidad debe ser reconocida y valorada para comprender plenamente la identidad paraguaya en su totalidad.

  Al Vino


EL ROSTRO DE SATANÁS. Aportes para reflexionar sobre el mal, el malo y lo malo.

-Por Alvino Villalba Cuando la gente se imagina cómo sería el rostro del Diablo, la imagen que se crea en la mente es la de un ser parecido ...